
Tras un primer tiempo caliente en La Bombonera, con el marcador 0-0 y varios amonestados, el Superclásico por la vuelta de octavos de final de la Copa Libertadores se suspendió, aunque la CONMEBOL y el árbitro Darío Herrera tardaron más de una hora en tomar y comunicar la decisión.
Cuando los jugadores de River atravesaban la manga de entrada al campo de juego para ingresar a disputar el segundo tiempo, simpatizantes de Boca arrojaron gas pimienta tras abrir un sector de la manga lindera con la platea. Varios futbolistas visitantes sufrieron quemaduras en la piel y dijeron haber sentido ceguera temporal y ardor en sus ojos.
Tras más de una hora de espera, la CONMEBOL decidió comunicar la suspensión del partido por medio de su comisario en el campo de juego, el boliviano Roger Bello, luego de que un médico de la misma confederación comprobara lo ocurrido y labrara un acta.
Apenas sucedió el incidente, el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, y el vice segundo, Matías Patanian, entraron a la cancha para ver cómo estaban los futbolistas alcanzados por gas pimienta.